En el 2017 se recordó la llegada al poder del primero de los tres grandes totalitarismos del siglo XX: el comunismo, que durante más de siete décadas se convirtió en el de mayor duración, seguido del fascismo italiano que duró 22 años y del nacionalsocialismo alemán con 12. Pero, más allá de su longevidad, la experiencia comunista que arranca con la Revolución bolchevique posee rasgos que no se encuentran en las otras experiencias totalitarias de esa centuria trágica. Por la supuesta racionalidad política del bolchevismo, a cuenta de la disciplina de partido, jamás se discutían las órdenes de los jefes supremos, sino que se aceptaban y ejecutaban como provenientes de una “jefatura infalible y divinizada”. La transformación bolchevique se mostró radicalmente inhumana y terminó imponiendo el terror sin límites, la represión, las purgas militares y el asesinato en serie dentro y fuera de sus propios territorios. El presente libro, que no es aspiración de verdad absoluta, es un aporte de la academia a la revisión crítica de un fenómeno histórico-político cuya larga repercusión llega hasta nuestros días.