Como la acción puramente dramática no podía quedar en el aspecto visual, era necesario, pues, dar la nota violenta, la nota de la lucha que impulsara al proletariado a acabar con aquella iniquidad; la nota que le dijera de una manera clara cuál era el camino que podía él usar para terminar con esa realidad, y de esa manera pintamos a un obrero que está rompiendo supuestas murallas que aparecen en la pintura y resueltamente penetra en acción con su arma preparada y el puño apretado, como símbolo de la organización y del frente único de los obreros y campesinos (aplausos).