Con frecuencia olvidamos que el ser humano no se define sólo a partir de lo concreto, lo tangible, lo que se manifiesta a simple vista. Somos mucho más que un cuerpo y, por lo tanto, para alcanzar la plenitud es necesario desarrollar también nuestra espiritualidad. Así lo entiende el exitoso escritor y terapeuta Jorge Bucay, quien reflexiona en estas páginas en torno a un tema que muchos suelen menospreciar, sobre todo si entienden el éxito únicamente desde los logros económicos, sociales o laborales. Pero más allá de esto se encuentra una dimensión que se relaciona con lo más esencial, intangible e íntimo de cada persona. En su búsqueda constante descubriremos un camino que conduce siempre en ascenso: si conectar con el alma es tocar la cima de la montaña, la llamada del espíritu es una invitación a seguir subiendo.