Las emociones negativas tienen una morbosa cualidad y es que producen pensamientos asociados que abogan por que abandonemos los compromisos que nos atemorizan: «Es un error», «no podrás conseguirlo», «vas a sufrir demasiado», «en realidad, prefieres hacer otra cosa», «tu familia lo pasará mal»... Todos esos pensamientos son material de desecho que aparece en nuestra mente sólo para empujarnos a retirarnos.