Cualquiera que reflexione sobre la idea del deleite que un elemento ausente o presente puede provocar en él concibe la idea del amor». Yo me deleito en ti, temo ese deleite, temo lo que temo y el hecho de temer, pero quién sabe, quizá tú seas la salida a la prisión de mis sentimientos. ¿O estoy proponiendo otra prisión para los dos? No sé nada. Eres mi paciente, y alumna, yo doctor y profesor, pero aquí, en el amor, quizá tú seas más docta que yo. No predigo nada para nosotros. Pero, querida Cynthia, je vous adore. B.