ella también había intentado todo lo posible para hacerlo regresar. Todos los días, desde que tallara los búhos, Maddie se había dedicado a crear nuevas puertas. Lo había intentado en lugares diferentes, en habitaciones diferentes, en el bosque, en la carretera. También con materiales diferentes: madera de árboles caídos, piedras de Ramble Rocks, pedazos de tela, huesos de un ciervo muerto que había encontrado en el bosque. Hasta había usado partes de la casa: tapicería, botones del radiador y grifos. También había pintado alguna de esas puertas. Unas las había hecho en las paredes de su casa, pero otras las había construido en el patio trasero, alzándose en mitad de la nada.
Ninguna de ellas se abrió jamás.
Solo llevaban hacia lo que se veía al otro lado. Una pared, el tronco de un árbol… o la nada. No a otros mundos