La novela nos presenta al comisario Oscar Morante y su equipo policial investigando el asesinato de una alta ejecutiva bancaria, junto con el robo de importantes pinturas desde su casa. Los acompaña una asesora, la psicóloga Adriana Vallejos. El caso se desenvelve como una maraña que va sacando a la luz altos intereses y pasiones ocultos en el ambiente bancario y empresarial santiagüino. Al mismo tiempo, el autor aprovecha para presentar una nutrida galería de personajes de diversas clases sociales, los que retrata con tanta nitidez como velocidad, manteniendo un ánimo de expectativas que no cede hasta el último capítulo. Uno de esos personajes es Morante mismo, un policía golpeado por el abandono y acechado por el alcohol.