Emociones lentas

YO ME SACO ESTO QUE TRAIGO
y te lo dejo
como dejan algunos perros
pájaros muertos en la puerta de sus dueños.

Con inocencia
y con exceso.

me decía sí, ahora me voy a levantar
y voy a escribir esas líneas definitivas de venganza
y bronca y dolor y repulsión y venganza
y todo va a estar bien después, el poema

PERO ¿Y DESPUÉS?

¿Qué se puede hacer
con una emoción
que ya tuvo su turno,
su hora de seda?

EL AMOR ES UN TORO MECÁNICO
del que nadie se baja con elegancia.
Una atracción de feria
abandonada,
desafiando la intemperie.

Non c’è niente
che mi escluda tranne la serratura
chiusa che esclude voi dalla paura.
Giovanni Raboni

Quién iba a decirlo, ¿no? Vos de invitado en mi casamiento,
le grita la novia a mi novio.
Después viene, me codea
y en voz baja: hay tres ramos, así que tenés más oportunidades.
Yo aprieto las trompas de falopio
y sonrío.

Mi torpe y astuto y víctima y cerebral
corazón
tan angurriento

lo que se dice
muerte, necesariamente cercana, porque la muerte
a lo lejos, la muerte
desconocida, será otra cosa, será
el tenue desvanecimiento del mundo y sus constantes, será un dato estadístico, un número, una pancarta, un juicio, una causa,
un horror, otra cosa, el derrumbe imperceptible del presente.

YO ME SACO ESTO QUE TRAIGO
y te lo dejo
como dejan algunos perros
pájaros muertos en la puerta de sus dueños.

Con inocencia
y con exceso.

LE PREGUNTO CUÁNTO ME QUIERE
y le pido que lo cuente en kilos de alfalfa, en jaulas de
leones, en latas de duraznos en almíbar.

La cantidad es una trituradora de oficina
que convierte a las palabras
en cintas de papel
en las que ya no puede leerse nada
de lo que se dijo antes
como si fuera cierto.