Uno de los signos definitorios de las vanguardias es su radical ruptura de fronteras entre las artes. Los artífices del movimiento se entregaron al diálogo interartístico en colaboraciones memorables, como las que unen los versos de Alberti, Neruda o Breton con los dibujos de Picasso, García Lorca o Wifredo Lam. La fusión de artes y letras se extiende también al cine, la música o la fotografía, y testimonia esa colectivización que se hizo enseña de una época. En este libro se recogen multitud de facetas de ese movimiento fértil a través de cuatro grandes temas: el intercambio entre las artes, su proyección en el espejo de la crítica, la esencial aportación de las periferias y la labor de las revistas literarias como espacio de encuentro. A lo largo de sus páginas espejea un sinfín de actividades y encuentros de artistas poliédricos, en ciudades como Madrid o Buenos Aires, México o La Habana, Barcelona o Lima, en un tejido plural cohesionado por esa unidad de lo diverso que es el arte nuevo.