Esta correspondencia es una muestra de la amistad entre dos de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana. Su carácter jovial, desenfado, y algunas veces indiscreto, es propio de una escritura que surge de la confianza y respeto. Este tercer tomo abarca el último periodo de correspondencia entre Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña (1925–1944), revelando así una nueva etapa de estos dos amigos, quienes se ven envueltos de la vida diplomática y académica. Este tomo a cargo de Adolfo Castañón nos presenta además un anexo con una serie de artículos acerca de ambos autores, una cronología y los árboles genealógicos de ambos autores.