En el tiempo que lleva leer este libro se producirán en el mundo cientos de millones de intercambios financieros. En este mismo tiempo, cientos de trabajadores habrán sido despedidos en España; y varias familias desahuciadas. Ese es el balance de esto que llaman crisis. ¿Qué ha pasado en estos años para que los responsables del desastre sigan enriqueciéndose, mientras las víctimas pasan a convertirse en culpables y pagan un alto coste? ¿En qué momento las causas se convirtieron en consecuencias? Analizar cómo los alquimistas financieros nos condujeron al mayor desastre económico en décadas puede convertirse en un cuento de terror. O tal vez prefiramos un nuevo relato, esperanzador y constructivo, que demuestre que sí hay alternativas, que las duras reformas y recortes no son inevitables y que, frente a un paradigma neoliberal que se ha probado falso, cabe otra política económica para que no paguemos los de siempre.