El paradigma de alimentación con el que la humanidad llegó al siglo XXI ya no es viable. Ni las millas que recorren los alimentos, ni el desperdicio de comida, ni los flagelos como la obesidad, la diabetes o los trastornos cardiovasculares, provocados directamente por los alimentos y que se relacionan con un 70% de las muertes del mundo. No se trata solamente de sustituir los alimentos a base de animales, ni de la contaminación ambiental que provoca la ganadería, sino de la posibilidad de cambiar las reglas de juego a través de una alimentación nutritiva accesible para el mundo, una especie de democratización (y descentralización) de las proteínas. La tecnología será la matriz del nuevo paradigma. El futuro de la alimentación incluye carne de matriz compleja producida en impresoras 3D, hongos hiperproteicos, micoproteína y otras fermentaciones; ingeniería biológica y un campo aún por explorar en términos de diseño de alimentos para beneficiar directamente nuestra salud.