Deletreo mi espíritu en estas circunstancias: está vacío. Vacío significa lleno de nada. No hay en la naturaleza algo que se parezca a mi espíritu, ni el frío de la niebla, o un árbol sin hojas, pues ellos son paisaje. Mi espíritu no tiene paisajes, ahí nada se siembra, tampoco se marchita. Allí se ha querido instaurar el orden, la limpieza, la disciplina de las cosas que no existen, porque en todo lo que existe hay un bello desorden, una querida suciedad, un olor a algo. Mi imagen no huele ni hace ruido.