Tanto el psicoanálisis como la espiritualidad se adentran en un espacio sagrado: el interior del ser humano. Ambas son una forma de contemplación.
En estas páginas, Roberto Longhi comparte su experiencia psicoanalítica y señala sugerentes afinidades entre las sesiones de psicoanálisis y la meditación, y va integrando diversas polaridades: dos sujetos (yo y no-yo), dos mediaciones (palabra y silencio), dos estados (plenitud y vacío). Todo ello no lo hace de una forma sistemática, sino que va apareciendo, como las flores silvestres que uno va encontrando a medida que recorre un paisaje lleno de sutiles ondulaciones. Sin embargo, lo que al principio es una simultaneidad, poco a poco se convierte en una progresión. Si bien al comienzo psicoanálisis y meditación están en una relación de complementariedad y simultaneidad, acaba produciéndose una traslación: del psicoanálisis a lo espiritual.
Una lectura indispensable para comprender e implicarse con sus saberes, de manera activa y solidaria, en la coyuntura sociohistórica que estamos atravesando.