Da la casualidad que James tiene otra historia famosa, “Daisy Miller” (1878), en la que no hay fantasmas, ni posesión demoníaca, ni nada más misterioso que una excursión a medianoche al Coliseo de Roma. Daisy es una jovencita estadounidense que hace lo que quiere, desobedeciendo las rígidas costumbres de la alta sociedad europea cuya aprobación desea con locura.