No soy un robot

acuerdo con George Steiner, una de las tragedias del conocimiento moderno es que los expertos saben «cada vez más de cada vez menos».

Para tranquilizarnos ante la emergencia de lo nuevo, usamos expresiones de épocas pasadas.

Prescindir del esfuerzo es extraordinario cuando hay que rebanar 2.000 pepinos para un banquete, pero resulta grave cuando significa abandonar el cálculo o la memoria.

que nos obligue a sopesar y considerar constantemente las cosas desde la perspectiva del otro. El sentido común es político por excelencia», señaló Hannah Arendt.

«Necesitamos regresar a una vida pública

Su uso debe involucrar al sentido común:

Sabemos, por el eminente ejemplo de John Milton, que los demonios promueven la elocuencia mejor que los ángeles,

un lado, el consumidor acrítico; del otro, el enemigo del progreso, el ludista dispuesto a destrozar máquinas. Este doble rasero merece análisis.

Quien, al modo de Stamos, rompe el silencio admirativo ante las innovaciones tecnológicas suele ser etiquetado «crítico de la realidad virtual», como si prevenir contra sus excesos y abusos implicara repudiarlo por completo.

La nueva guerra mundial no ha sido declarada, pero ya sucede en el ciberespacio.