Contemplamos, desde una perspectiva histórica, el proceso a través del cual transferimos los contenidos primordiales de nuestra vida del ámbito material al representacional; un proceso íntimamente vinculado al desarrollo del capitalismo, en el cual la precarización creciente de la sociedad es compensada por una narcotización simbólica que nos fuerza a consumir nuestros propios deseos en espacios virtuales.