Rosie no tiene tiempo para chicos. Está centrada en terminar sus estudios y trabajar en la panadería de su madre, y se asegura de evitar cualquier tipo de distracciones.
Pero cuando un hombre bastante guapo entra por la puerta de la panadería, no hay mucho que ella pueda hacer excepto atender al cliente. Y cuando el cliente empieza a mostrar cierto interés por Rosie, las cosas se complican aún más.
Pronto, este hombre apuesto empieza a aparecer en lugares en que ella no creía encontrarlo, y cuanto más lo conoce Rosie, más le gusta. El problema es que la razón por la que fue a la pastelería, en primer lugar, era para encargar una torta de boda.
Rosie sabía que él estaba fuera de su alcance, pero pronto, se dio cuenta que se estaba enamorando de aquel hombre casi casado… y no estaba segura de poder seguir ayudando a su madre con la torta nupcial.