«No es éste ciertamente un libro de proselitismo. No lo he escrito para convencer a los lectores cristianos de que abandonen la iglesia y entren en la sinagoga». Todo lo contrario. Su interés es ayudar a los cristianos a vivir su fe con mayor conciencia y convencimiento, «que la vida cristiana sea una decisión firme, y no un mero hábito»