En cuerpo y alma

el rock exige autenticidad, también es cierto que la mayoría de los músicos emplean recursos no estrictamente confesionales: adoptan una voz o, como los escritores de ficción, imaginan situaciones relacionadas con aspectos de su propia vida, pero apartadas de la memoria desnuda.

Ian Curtis (Mánchester, 1956 - Macclesfield, 1980) se suicidó a los veintitrés años tras una vida marcada por la enfermedad, la depresión y el miedo. En julio de 1976, durante un concierto de los Sex Pistols, conoció a Bernard Summer y Peter Hook, con quienes fundaría Joy Division. La banda tendría una efímera trayectoria cortada de cuajo por la muerte de su cantante y letrista, pero dejó una huella imborrable en la historia de la música popular. También, como prueba este libro, en la historia de la poesía cantada.

No conociste a mi amiga Christine. Eso es porque no estaba allí. Nos hemos escapado dos veces de casa. Nos aburríamos, así que cogimos un tren a Blackport a las siete, un miércoles por la noche. ¡Fue divertido! Después tuvimos que ver a un cura y todo el mundo pensaba que éramos xicopatos (una palabra que no sé escribir).

Incluso si vuestro grupo y vuestra música hubieran aparecido sin estos cambios; si, digamos, el punk no hubiera existido pero aun así hubiera llegado Joy Division, habría merecido la pena escucharos.

Joy Division, por fin en el escenario… Escribí sobre ellos hace dos números, hoy sólo me divertiré. Un comienzo brillante, bailo y no estoy solo. Ritmo hipnótico, intenso. El vocalista Ian Curtis se contorsiona y se mueve, su figura desnuda es el punto clave de su presencia. Después de dos años de actuaciones tocan buena música de forma coherente. Dos años ganando seguidores en Mánchester. Así que conozco las canciones, aunque no los títulos. Bailo, estoy borracho y disfruto. Tocan un bis y son buenos.

HOCKEY (que hasta entonces se había mantenido en silencio con cara de pocos amigos): Ésa es una observación muy buena. Deberíamos reflexionar sobre ella.

(El grupo e Ian fingen reflexionar profundamente.)

Todos al unísono: NO, ¡QUE SE JODAN!

IAN: Toda esa mierda del Rock Contra el Racismo es muy paternalista. Lo odio.

STEVE: Es como decir que los negros no se pueden ayudar a sí mismos y por eso los ayudamos nosotros.

Entonces, ¿no vais a tocar para Rock Contra el Racismo?

ROB: Sí, tocamos la semana pasada.

¿Sólo por el dinero?

ROB: No… no. Estamos en contra del racismo, lo que nos molesta es la actitud de gente como Jimmy Pursey… De todas formas has evitado la pregunta. ¿Por qué lo del estilo nazi?

Jimmy Pursey decía: «Odiamos a los Sex Pistols, estamos a favor de los chicos de verdad, que van a dar palizas a los paquis en el East End»

Es paradójico porque la mayor parte de la música es deprimente.

Me gusta dejarlas abiertas a la interpretación. No tiene sentido escribir de cosas específicas porque la canción envejece.