Ian Curtis (Mánchester, 1956 - Macclesfield, 1980) se suicidó a los veintitrés años tras una vida marcada por la enfermedad, la depresión y el miedo. En julio de 1976, durante un concierto de los Sex Pistols, conoció a Bernard Summer y Peter Hook, con quienes fundaría Joy Division. La banda tendría una efímera trayectoria cortada de cuajo por la muerte de su cantante y letrista, pero dejó una huella imborrable en la historia de la música popular. También, como prueba este libro, en la historia de la poesía cantada.