Elizondo ofrece al lector, a la antigua manera de los establecimientos mexicanos de ese nombre, una variedad de productos sin alardes ni intenciones publicitarias: ejercicios del pensamiento en su forma más pura. En ellos cavila, a través de la palabra, sobre literatos, pintores, fotógrafos, escultores y cineastas; sobre la cultura y los acontecimientos que considera relevantes de la vida nacional e internacional.