¿Cuántos hubiera puede tener una vida? ¿Cuánto de verdad guarda el recuerdo? Todo viaje comienza desde el planteamiento del mismo y al final del camino poco importa si se siguió al pie de la letra la ruta planeada. Norma Andrade rebasa los ochenta años y ahora, en el ocaso de su vida, cada viernes por la tarde se reúne con Mendieta, el periodista que en su afán de ser escritor y tener una historia para su primera novela, tratará de armar el rompecabezas de las múltiples vidas que la anciana le revela que ha vivido. Como en un tablero de ajedrez, donde todo es posible, Norma dialoga con él y otras veces con su conciencia, vuelve a emprender el viaje, recrea las distintas posibilidades de su vida, las diferentes existencias que pudo tener a partir de sus decisiones tomadas o postergadas. Imagina para recuperar, para cambiar las encrucijadas del destino y rescatase a sí misma. En La vida que se va, descubrimos que no hay decisiones pequeñas, porque cada palabra o cada silencio, toda omisión y hasta el mínimo arranque propician un cambio de destino, un efecto mariposa. La vida que se va significó el regreso de Vicente Leñero a la novela, después de años dedicados al periodismo y la dramaturgia. Es una novela de la madurez, de la maestría en el oficio de la palabra. El aval de la sólida trayectoria de un Vicente Leñero total.