Para Esther, el recuerdo de su infancia y juventud se reduce a la enfermedad mental padecida por su hermana, a los cuidados necesarios y a las precauciones siempre insuficientes. Luego, a su desaparición y asesinato. Entonces, ¿cómo es posible que en ese arranque de enero de 2013, en Barcelona, su figura se le aparezca en pantalla? ¿Cómo podría ser esa mujer, en medio de disturbios en la sierra hidalguense transmitidos por la televisión española, su hermana víctima de feminicidio? Ya una vez Esther cruzó el Atlántico para escapar del dolor, de la pérdida y, sobre todo, de la culpa. Ahora hará el recorrido inverso para buscar la verdad que le fue arrebatada junto con la vida de Irene. ¿Es cierto que, como tantas, fue secuestrada y asesinada?