Desde la desaparición de la Inquisición después de tres siglos de pervivencia y tras convertirse en uno de los símbolos más potentes de la Iglesia española del Antiguo Régimen historiadores y ensayistas se han planteado el problema de la pervivencia o desaparición del espíritu inquisitorial en España. Su presencia ha sido directamente proporcional a la intolerancia de cultos y al no reconocimiento de la libertad de conciencia, y ha estado potenciada por la hegemonía de una Iglesia católica gobernada por una jerarquía empecinada en conformar las leyes civiles y el ejercicio de los derechos del ser humano al ideario religioso y a la moral católica, así como en controlar la educación y la cultura. En estas páginas se intenta responder a qué se debió la extraordinaria resistencia de la Inquisición en España ante los intentos de reformarla o acabar con ella; un debate que alcanza la categoría de acontecimiento histórico.