En Los Ángeles corre un rumor muy extraño. Se dice que un tal Céline, que merodea por las librerías inspeccionando a la competencia y buscando primeras ediciones de Faulkner, sería nada más ni nada menos que Louis Ferdinand, que no habría muerto en 1961 en Meudon. Nick Belane, un detective privado muy poco intelectual, es el encargado de averiguar la verdad. Pulp, la última novela de Bukowski, es una parodia y un homenaje a todas las «pulp fictions» que sobre el papel han sido, y una real, literaria y sangrante «pulp fiction» por derecho propio, que recurre a la tragedia y al humor, a la literatura y a claves de la más pura y dura realidad, a lo real y a lo surreal.