—Aquí Belane.
—No creas que ha sido la última vez que me vas a ver —dijo la dama. Era la señora Muerte.
—Oye, nena, ¿no podríamos llegar a un acuerdo?
—Nunca se ha hecho, Belane.
—Sentemos un precedente, probemos, señora.
—Ni hablar, Belane.
—Bueno, entonces, ¿qué le parece si me da una fecha, ya sabe, una
F.D.D.?
—¿Qué es eso?
—Fecha De Defunción.
—¿Y de qué serviría?
—Podría prepararme, señora.
—De todos modos, todo ser humano debería estar preparado, Belane.
—No lo están, señora, lo olvidan, lo ignoran, o simplemente son demasiado tontos como para pensar en ello.
—Eso no es asunto mío, Belane.
—¿Y qué es lo que es asunto suyo, señora?
—Mi trabajo.
—A mí también me preocupa mi trabajo, señora.
—Muy bien, mejor para ti, gordinflón. Te he llamado sólo para que sepas que no me he olvidado de ti...
—Ah, muchas gracias, señora. Me ha alegrado realmente el día.
—Hasta luego, Belane... Colgó.