n la primera etapa de la meditación sólo tienes una vaga idea sobre el tema a meditar. No te preocupes por ello, lo importante es que nada perturbe tu concentración. De a poco, la energía va cerrándose sobre sí misma alrededor del núcleo que tú coloques en tu interior.
En la segunda etapa, esa idea se clarifica, toma entidad, es decir que te aproximas un paso más al descubrimiento que estás necesitando. Esto implica que te conectas con la periferia del sentimiento que estás buscando, al mismo tiempo que tu Yo Superior te conduce hacia él.
En una tercera etapa, puedes percibir los diferentes grados de ese sentimiento, y cómo tu Yo Superior te guía en el aprendizaje de los mismos por medio de palabras, luces, formas, sensaciones corporales, etc.
A esta altura de la meditación, ya podemos hablar de una amplificación de la conciencia. Bien puedes interpretarlo como un despertar de la Conciencia Crística o como un estado no ordinario de la conciencia.
Finalmente, en la cuarta etapa, cuando has alcanzado el núcleo del sentimiento en cuestión y es claro para tu Yo Superior que has alcanzado la comprensión de la esencia misma de dicha emoción, las respuestas brotan de tu corazón y se expanden por tu conciencia.