El término, sin duda, puede reservarnos alguna sorpresa, pues si bien Mito responde a un relato —si se quiere fantástico—, el logos ya en Platón puede entenderse como «lo racional», es decir, lo que se puede comprobar y es sujeto de una verdad para la razón del hombre. Ambos vocablos —mito y logos—parecen contradictorios, se presentan incluso como irreconciliables, pues de lo fantástico no se puede dar razón. No obstante, en su relación, podemos encontrar una respuesta esencial y definidora del concepto: Lo fantástico explicado por la razón, es decir, la interpretación.