En los momentos en que se forja la nueva nación norteamericana, a finales del siglo XVIII, Benjamin Franklin aparece como la figura más representativa de las tendencias dominantes en el pensamiento de la época. En su obra se unen, por una parte, la tradición cultural de origen calvinista que había inspirado la fundación y el desarrollo de las colonias de Norteamérica; por otra, el espíritu de la Ilustración y la conciencia del cambio social y económico que se estaba produciendo en los albores de la industrialización. Por ello, sus obras, aun sin ser estrictamente de tipo teórico, ejercieron una inmensa influencia no sólo en Estados Unidos, sino en toda Europa, presentándose como el epítome de la burguesía liberal. En la presente obra se recogen traducciones de sus principales escritos: la famosa Autobiografía (que va más allá de la mera narración para convertirse, conscientemente, en la propuesta de un modelo de vida), así como ensayos, cartas, diarios, etc., que muestran facetas del pensamiento frankliniano en sus aspectos teológico, moral, económico y científico.