La realidad es que todos nosotros vamos corriendo cuesta abajo por una mierda de colina con una banderita en la mano, y uno por uno nos van disparando y nos derriban y nuestras banderitas quedan tiradas en el lodo y nadie las recoge. Nadie seguirá corriendo con tu bandera, Lucia. A nadie le importa tu bandera. Es lo que me digo a mí misma. Cuando te caes se acaba todo.