Esta es la biografía más exhaustiva que se ha escrito hasta ahora sobre el emperador Adriano, una figura fundamental para entender el devenir político e histórico del Imperio romano. Anthony Birley logra un retrato personal e íntimo de un hombre odiado en el momento de su muerte y enormemente respetado con el paso del tiempo.
«El carácter de Adriano era desconcertante y contradictorio: severo y jovial, afable y duro, impetuoso y dubitativo, mezquino y generoso, hipócrita y franco, cruel y compasivo, y siempre mudable en todo siendo una sola persona».