Expulsados los jesuitas, varios de sus exalumnos que en 1767 tenían entre 20 y 40 años de edad, no todos ricos y sólo algunos sacerdotes, llevaron adelante la renovación iniciada por sus maestros. Benito Díaz de Gamarra, autor de los célebres Errores del entendimiento humano, el enciclopedista José Antonio Alzate, el médico y matemático José Ignacio Bartolache, los astrónomos Antonio León y Gama y Joaquín Velázquez de Cárdenas y el físico José Mariano Mociño encabezaron una generación de criollos humanistas afectos al estudio individual y silencioso, la moderna ciencia experimental y el periodismo científico. Gracias al nuevo equipo de sabios mexicanos, en las escuelas de la “ilustración”, como el Seminario de Minería y el Jardín Botánico, dejaron de oírse “aquellos desaforados gritos pulmonares que eran la contraseña de los peripatéticos cuando pretendían descubrir la verdad”. También se abandonaron la oratoria y el mamotreto como medios de expresión y propaganda. Los nuevos frutos intelectuales vieron la luz pública en periódicos de vida efímera: el Mercurio Volante, los Asuntos varios sobre ciencia y artes útiles, la célebre Gaceta de Literatura y otros medios afanosos de difun