que voy a vomitar —digo casi en serio.
—Te ordeno que no lo hagas —me dice Obi.
—Ah, no le digas eso —se queja Dee-Dum—. Penryn es una rebelde nata. Ahora va a vomitar sólo para no obedecerte.
—Estás aquí por una razón, Penryn —dice Obi—. Y vomitar en mi auto no es parte de tu misión. Anímate, soldado.
—No soy uno de tus soldados.
—Todavía no —contesta Obi con una sonrisa brillante—. ¿Por qué no nos cuentas qué fue lo que pasó en el nido? Cuéntanos todo lo que viste y oíste, incluso si crees que se trata de un detalle sin importancia.
—Y si en serio vas a vomitar —dice Dee-Dum—, hazlo en dirección de Obi, no mía.