El 1º de mayo, cuando ya el hambre y la miseria, la peste, la desolación, la podredumbre y la rabia loca se enseñoreaban de aquellos montones de escombros que sostenían piezas de artillería y espectros; después de 72 días de sitio, sin un refuerzo, sin ningún auxilio; cuando ya no hubo cueros que comer, y se agotaron después de los gatos y perros, las ratas, los ratones, las lagartijas y las iguanas