El señor Barbeau, próspero agricultor y concejal del pueblo de La Coisse, decide ceder a uno de sus hijos, Landry, a un vecino para que trabaje en sus tierras. Sylvinet, su hermano gemelo, se siente menospreciado por no haber sido el elegido y un buen día, triste y airado, huye de casa. Al partir a buscarlo, Landry se encuentra con Fadette, apodada por los niños del pueblo el Cricrí porque dicen que es más fea que un grillo. La muchacha, con fama de bruja, se ofrece a ayudarle a encontrar al hermano perdido si le promete que obedecerá cualquier orden que le imponga después. Landry acepta, Sylvinet aparece, y la pequeña Fadette exige el cumplimiento del pacto. La atmósfera y el lenguaje del cuento de hadas son muy reconocibles en La niña duende (1849), la más famosa del ciclo de «novelas campestres» de George Sand, pero no impiden el desarrollo de la observación realista y del espíritu desmitificador: la bruja bien puede ser al final una científica, una psicóloga o una confesora. Por su parte, los dos hermanos Barbeau dan pie a un delicado y emocionante estudio del paso de la infancia a la edad adulta, una época de descubrimientos, celos, vergüenzas y melancolías. La novela busca reconciliar la pasión con la naturaleza, dirigida por «ese espíritu que observa, que compara, que se fija, que prueba».