UNA DIFERENCIA entre el lector joven y el viejo lector (no tiene que ver con las edades cronológicas, en años) es que el viejo lector puede hacer una historia de sus pasiones con los libros. El joven lector tiene una relación más intelectual con los libros, más fría. No por una diferencia en el carácter o el entusiasmo, sino simplemente por el tiempo. (Pero dije que no era una cuestión de tiempo. No lo es. Se trata del tiempo como mito biográfico, mito elaborado a lo largo de la lectura.)