El amor aparece cuando menos te lo esperas, te aborda en el supermercado o en la parada del autobús, da igual que no lo busques, a él no le importa, su carácter caprichoso no piensa en ti, sólo en sí mismo y por eso te arrolla impetuosamente con independencia de tus deseos, te encuentra, te condiciona, te hace tambalear y aunque hayas jurado mil veces que no ibas a volver a caer en sus garras, de pronto todo parece distinto y misteriosamente, esa persona a la que nunca veías, se vuelve imprescindible para ti.