«Un libro de cuentos que parece venir de la moral twee, pero que más bien está lleno de ajustes de cuentas. ADO ataca al mundillo literario, se ríe de los millennials, de los hipsters y del submundo de las maestrías de literatura curativa (jajaja). Historias entrañables y rabiosasque cruzan desde Brooklyn hasta Barrio Italia, La Condesa o Barranco.» Alberto Fuguet
«Todos los relatos —escritos con una prosa ágil y eléctrica, que oscila desde una exquisita melancolía a un finísimo sentido del humor— dan cuenta de una muy peculiar educación sentimental: crónicas íntimas de transformaciones que permiten vislumbrar la deformidad donde antes no era evidente.» Maximiliano Barrientos
En La experiencia formativa hay humor, ternura, rabia y un mosaico de personajes que por diversas circunstancias se encuentran desplazados, tanto geográfica como emocionalmente. Ahí están los dos jóvenes que crecieron en una comunidad hippie perdida en la cordillera; el ex físico-culturista que se cura de su fracaso en un programa de escritura curativa en Nueva York y le escribe intensos mensajes a su madre; el ghostwriter melancólico y volátil que redacta las vidas de chicos suicidas universitarios; y las postales resacosas de un narrador que, a la espera de un poco de marihuana, camina por el paseo marítimo de una ciudad en la cual hacer memoria es imposible. Premio a mejor obra por el Consejo Nacional del Libro de Chile (otorgado con anterioridad a Alejandro Zambra, Roberto Bolaño, Álvaro Bisama y Germán Marín, entre otros), La experiencia formativa es un libro con una prosa ágil y juguetona que ayuda a recordar que la literatura tiene que ser un acto tan formativo como deformativo.
«Me dio pena, mami. Me dio pena porque tanto ellas como yo, y todos nuestros compañeros, estamos pasando por una experiencia (de)formativa en esta ciudad. Somos gente muy dañada.¿Hay alguna forma de curar nuestro fracaso?»