En 1927, Hemingway publicó Fiesta, y con ella inició una serie denovelas-reportaje relacionadas con su fascinación por el mundo de los toros. A ella siguió Muerte en la tarde (1932) que es, además de una descripción técnica y minuciosa de una corrida vista desde los ojos de un profano, un ensayo profundo y sin concesiones sobre el arte del riesgo y la estrecha relación entre vida y crueldad con el que Hemingway regresa, una vez más, al tema que cohesiona su obra: el sentimiento trágico de la vida y el instinto de autodestrucción