Con estas confesiones y relatos, Menton vuelve a dejarnos boquiabiertos: el crítico agudo, el profesor severo, termina siendo el personaje de un delirio literario que, además, parece ser cierto. Por él desfilan una abuela neoyorquina con seis hijas cuyo mote genérico es los Siete Bloques de Granito y una caricatura que Carlos Fuentes le hiciera en circunstancias cuando menos sospechosas y que se ha convertido en su representación más exacta. En este volumen se descubre, además, cómo su arribo formal a las letras hispanoamericanas sucedió a caballo y en cabalgada entre el Bronx y Manhattan.