En la vida cotidiana podemos obtener energía de varias formas; por ejemplo, quemando un papel. Lo que no sucede es que de manera espontánea, a temperatura ambiente, los objetos se conviertan en energía o ésta en materia: no observamos que la luz de una lámpara se convierta en un objeto sólido. Sin embargo, en las condiciones de alta temperatura del universo temprano y en el seno del núcleo de las estrellas esta conversión sí ocurre.