La ciencia ficción siempre se las ingenia para reflexionar sobre el uso de la tecnología como salvadora de todos los males. Por ejemplo, en "The variable man", Sherikov dice lo siguiente:
"Las máquinas solo calculan por nosotros en unos minutos lo que eventualmente podríamos hacer por nosotros mismos. Son nuestros sirvientes, herramientas. No una especie de dioses en un templo al que vamos y rezamos. No oráculos que puedan ver el futuro por nosotros. No ven el futuro. Solo hacen predicciones estadísticas, no profecías. Hay una gran diferencia ahí, pero Reinhart no la entiende".