Lo llamaban «el demonio» y decían que jamás amaría a otra mujer. Ella aceptó el desafío.
En el pueblo lo llamaban «el demonio», pues el sombrío y enigmático Julian, conde de Ravenwood, era un hombre de temperamento iracundo.
Su primera esposa había muerto de modo misterioso, un hecho que no se olvidaba fácilmente. Había quienes sostenían que la bella lady Ravenwood se había ahogado en las turbias y oscuras aguas de la laguna. Otros implicaban directamente al conde, basándose en su carácter.
Ahora Sophy Dorring, una muchacha criada en el campo, está a punto de convertirse en la nueva esposa de Ravenwood, atraída por su fuerza masculina y por el brillo de deseo que ardía en sus ojos…