¿Por qué llamo a estas empresas gigantes: «elefantes»? Porque son enormes, sus movimientos son lentos, pesados, fuertes, reaccionan muy lentamente. Con frecuencia son encantadores, algunas veces testarudos. Además, puesto que requieren una enorme cantidad de aportes, si usted se da a la tarea de proporcionárselos, pueden traerle grandes recompensas financieras. Los elefantes también son inteligentes, a veces peligrosos. Son definitivamente individuos únicos, y están dotados de memoria a largo plazo. Todos los anteriores son motivos para que usted sea sumamente cauteloso y respetuoso al relacionarse con ellos.