¿Es un avión? ¿Es la píldora que cura todos los males nacionales? ¿Es la crema que suaviza la piel del analfabetismo? ¡No, es la Doctora Ilustración, el memorable personaje con que Carlos Monsiváis consoló durante años a los poetas injustamente desoídos, alivió a los artistas abrumados por el peso de la fama y socorrió al resto de la flora y fauna de la cultura mexicana! Este libro rescata —¡por fin!— una amplia selección de los textos más delirantes y corrosivos de la columna El consultorio de la Doctora Ilustración (Ph. D.), que Monsiváis mantuvo durante los años setenta y ochenta en el suplemento La Cultura en México, de la revista Siempre!
Fueron cientos los personajes, todos estrambóticos y afligidos, que escribieron a la Doctora Ilustración en busca de su sabio consejo, y ninguno se salvó de recibir su mordaz y merecida respuesta. Ahora, con ilustraciones de Rafael Barajas, el Fisgón, la madrastra de México vuelve a abrir su temible consultorio. Pasen y rían.
«El último polígrafo que podía escribir y hablar sobre todas las cosas.»
José Emilio Pacheco
«Todo lo que sale de las manos de Monsiváis está teñido por dos virtudes: la inteligencia y el humor.»
Elena Poniatowska
«Monsiváis no podía ser un cronista neutro de la realidad porque contribuía a crearla. La cultura de masas lo imitó y posó sin recato para él.»
Juan Villoro