El pasado es un campo minado en el que las imágenes, las personas, los lugares vuelven con violencia compulsiva y pueden explotar en cualquier paso. El protagonista de esta novela dejó el complejo de viviendas de su infancia hace muchos años, pero los recuerdos de esa época se le aparecen, como en una galaxia distante en la que los vecinos siguen atravesando los lugares comunes para ir al almacén, los perros mastican pedazos de madera con restos de pintura, los que quedaron afuera deambulan invisibles entre las torres, aunque protagónicos.
Esta es la primera novela de Gonzalo Baz, que revisita los espacios perturbadores de una adolescencia en crisis que había explorado en su excelente libro de cuentos Animales que vuelven, donde no solo la nostalgia es homenaje a Mircea Cartarescu.