El cerebro es como un excelente escritor de ficción: cada parte de un sueño está cargado con un significado que puede ser desbloqueado, analizado y comprendido. Escondemos nuestras más grandes esperanzas ahí, nuestros más profundos miedos. Y cuando aprendemos a leer nuestros sueños, por así decirlo, no en retrospectiva cuando despertamos, sino ahí mismo, en el momento, estamos leyendo la historia de quiénes somos realmente.