Como factor casi común, en las narraciones del libro se utiliza surrealismo y humor absurdo -además de cierta ironía y un leve sarcasmo— para entretener al lanzar mensajes de vida.
El modo absurdo es oportuno para unir sorpresa inicial y finales inesperados, pero en coherencia con las circunstancias y los personajes.
El surrealismo de alguna situación es afín a la vida real y las soluciones que los protagonistas concretos dan a sus conflictos no son surrealistas, sino completamente naturales y consecuentes con sus diversos caracteres y actividades.
En general, los protagonistas son masculinos, pero sin la intervención de la mujer muchas historias no tendrían sentido.
Se muestran personajes de cualquier edad, altos o bajos, serios o guasones, buenos o no tanto, que luchan por el mismo concepto: la dignidad de seres humanos con una errática conciencia de serlo.
El humor, la amistad y el amor, siempre presentes.