La tradición teológica cristiana ha adoptado la filosofía griega, la filosofía y la ciencia modernas a tal punto que el pensamiento cristiano está condicionado por esos saberes.
En esta obra se muestra cómo ha ocurrido esto desde el siglo II d. C. hasta la teología posmoderna.
Lo que la teología cristiana ha tomado de la filosofía y la ciencia no son solo algunos conceptos o algunas ideas, sino nada menos que la interpretación de las presuposiciones más básicas que la mente humana debe hacer de algún modo para poder funcionar.
Esa interpretación contamina toda la teología cristiana. Para hacer este juicio, se explicita la interpretación bíblica de esas presuposiciones, obtenidas a partir del principio sola Scriptura.
Por eso, en esta obra también se estudia la filosofía bíblica que habría que seguir para resolver el problema de la adopción de la filosofía y la ciencia humanas. Se trata de mostrar que es posible la teología sobre la base del principio sola Scriptura si se acepta solo la Biblia como revelación de Dios y se evalúan los conocimientos auxiliares (historia, lingüística, arqueología, etc.) de la teología desde la interpretación bíblica de las presuposiciones básicas.